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Tata

Iberia miseria

 

Este fin de semana viajé a Copenhague: el viernes volé de Barcelona a Madrid y de allí a la capital danesa. El domingo hicimos el mismo trayecto de vuelta. Pues bien, de los cuatro vuelos que cogimos ninguno fue puntual. No fueron retrasos de 20 minutos. No. Sino de dos horas.

Según Iberia su “objetivo es la puntualidad”, y me da vergüenza admitir que las compañías de bajo coste no tienen el mismo objetivo y sin embargo lo cumplen a raja tabla. No sólo no llegamos a la hora en ninguna de las tres ciudades, sino que también nos perdieron las maletas. Dos de nosotros tuvimos suerte y las pudimos recuperar, pero uno de nuestros compañeros la ha perdido. Para siempre.

Nos hemos sentido como muñecos, incluso llegamos a pensar que todo era una broma y que en algún rincón de Barajas saldría una cámara de algún programa de humor. Vergonzoso.

 

 

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