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Tata

Un simple cuento: toda una VIDA.

Helena inmortal

Antes que naciese Helena ya se sabía su destino. Su padre era el revisor de correos, cada día le llegaban cajas y cajas de cartas sin destinatario, misivas que regaló a su mujer el día de su primer año de casados. A los pocos meses la madre de Helena dio a luz a una niña de ojos y cabello negros como la tinta. Helena creció al mismo tiempo que crecían las cajas repletas de cartas anónimas, cartas que fascinaron el pequeño mundo de la chica y decidieron su futuro.
Desde pequeña ya encontró en las cartas una forma de refugio del mundo tecnológico que la envolvía. Todas sus amigas la criticaban y la señalaban con el dedo simplemente por el hecho de que le encantaba escribir cartas. Sus compañeros de clase la tenían como una pobre niña con problemas mentales, pues a finales del siglo XXI lo que se llevaba eran los ultrarrápidos e-mails, las cartas casi habían desaparecido, ahora sólo eran parte de la historia, una historia que Helena estudiaba con entusiasmo: le apasionaba el papel, es el medio que ha permitido que el mundo avanzase año tras año, en el papel se han escrito miles de cosas: desde inocentes frases de amor, hasta armisticios aparentes...
Helena siguió creciendo envuelta de cartas: decidió empapelar su habitación con las misivas que tenía de su padre, las paredes de su cuarto estaban llenas de papel amarillento con letras negras y azules, algunos papeles eran de colores, otros simplemente contenían un dibujo o la silueta de unos labios de carmín.
En el colegio siempre proponía excursiones interesantes: una visita a un diario antiguo, el museo del papel, una casa editora de libros...

A los 20 años se hizo realidad su sueño. A causa del cierre de una de las empresas más famosas de producción de papel, la universidad de Biblioteconomía decidió realizar una macro excursión con todos los alumnos, para que así los jóvenes pudiesen entender cómo se comunicaba la gente siglos atrás. Por supuesto Helena ya sabía cómo lo hacían, pero era toda una alegría para ella el poder visitar una fábrica de papel. El guía les explicó anécdotas, historias y muchas otras cosas relacionadas con la fabricación del papel, historias que Helena ya conocía pero que escuchaba con total atención, más que sus compañeros.
Para finalizar la visita el guía les invitó a ver el tonel donde se mezclan todos los condimentos para crear una simple hoja de papel, algunos interesados se acercaron al enorme y gris cilindro. Mientras Helena se deleitaba observando esa masa blanca, sus compañeros se reían de ella, e incluso alguno escupió para ver qué podía pasar.
La excursión había acabado y alumnos y profesores se sentaron fuera para comentar la visita. Helena seguía dentro, asomada ante su gran afición. Los pensamientos fueron rápidos, se preguntaba a dónde iría a parar tanto papel, quién escribiría encima, qué se imprimiría, qué lágrimas caerían al leer lo que hubiese escrito en esa masa... tal era su emoción que poco a poco se fue asomando más y más para poder saborear el olor del papel nuevo. Ya era demasiado tarde para que se diese cuenta, sumergida en sus pensamientos su cuerpo cayó dentro del tonel y sus cabellos negros como la tinta se hundieron lentamente. Por fin se había realizado su sueño: Helena se había convertido en papel, era ya una carta que pasaría de mano en mano, escribirían encima de ella palabras con sentimientos, transportaría noticias y algún día, quién sabe, descansaría en una pared de alguna parte del mundo. Helena ya era inmortal.

Copyright de Tata. Todos los derechos pertenecen al autor y cualquier copia o plagio tendra consecuéncias atronómicas, como el papel.

4 comentarios

Tata -

Gracias, yo tb soy como Helena. Lo que pasa es que yo escribo cartas a "nadie", aunque no me responda se que siempre está alli.

Idoru Case -

Muy bonito, la verdad es que yo hace no mucho era como Helena y sólo escribía cartas, pero al final he acabado por pasarme al lado oscuro de los emails.

Tata -

Gracias... esta abierto para cuando quieras

Titoíto -

Una historia muy bonita. Y un blog muy ameno, mola :)