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Tata

El violinista del metro y la muchacha de las monedas.

El violinista del metro y la muchacha de las monedas. Me siento junto a una chica en el metro. Entra un músico con un violín entre los brazos y empieza a tocar unas notas. El arco fricciona lentamente sobre las gastadas cuerdas del instrumento, que justo debajo de donde se tocan las cuerdas el color marrón de la madera se ha tornado blanco. La chica busca su monedero en el bolso y cuando ha sacado dos relucientes monedas de 20 céntimos reparo en su enrome funda de violín que tiene entre las piernas.

"Próxima estació: plaça Espanya, correspondència amb línia 1 i RENFE"

La jóven se levanta y al ir hacia la puerta interrumpe (con una mueca en la cara) la melodía del hombre para darle sus merecidas monedas.
Un gesto de complicidad entre dos personas que comparten la misma pasión.
El hombre se libera rápidamente de su mano derecha y acepta las monedas de la jóven violinista. Cuando la chica se aleja, el hombre vuelve a colocar su instrumento sobre el hombro y retoma aquellas perdidad notas que saben a madera gastada. Levanta la vista para fijarse en la cara de la muchacha y repara en su gran funda gris. Mientras el arco fricciona sobre las cuerdas, esgrime una ligera sonrisa que cuesta salir de su cara. Parece que nunca sonría, pero esa complicidad consigue arrancarle un atisbo de felicidad.
Dos personas, un sólo instrumento. Dos formas de vida, una sola pasión compartida. Dos maneras de querer tocar el violín y un sólo placer al hacerlo.

4 comentarios

Tata -

Ogro, comparto una sonrisa de lunes por la mañana contigo. (y mira que cuesta sonreír un lunes por la mañana...)

:)

Ogro -

La vida no deja de ser eso, una pasion que la gente toma de diferentes formas y cuando por causalidades te cruzas con alguien en quien atisbas esa mis ma pasion , no puedes por lo menos que compartir aunque sea unas sonrisas con ella.
Uns bonita sonrisa de domingo
:)

Tata -

Es un placer que la gente lea en lo que me fijo.
La verdad es que como aspirante a futura escritora, intento fijarme en aquellas cosas comunes pero que nadie les da una mirada más mística.

Un beso

R -

Extrañamente precioso. Sigues fijandote en cosas en las que nadie cae, gracias.