Letargos físicos
En épocas de exámenes o en situaciones de estrés extremo (muerte de alguien cercano, esperas ansiosas de una notícia...) nuestro cuerpo se convierte en un mero títere. Estamos tan concentrados que hasta nos olvidamos de nuestra parte física, un elemento que se llega a convertir en un lastre.
Estoy de exámenes. Y, además, tengo que entregar dos trabajos costosos y extensos. Me paso horas (y digo horas porque pueden llegar a ser 6 horas) delante del ordenador. Buscando información, rehaciendo párrafos, resumiendo informes... no paro. Pero llega un momento en que de pronto algo me despierta de mi concentración, algo que me hace daño, una sensación molesta: el hambre. Sí. Sí. De pronto siento el estómago como se retuerce y me como si de una pluma cayéndose se tratase vuelvo a la "realidad" y me arrastro hasta la cocina. Pero sólo engullo algo rápido y que me pueda dejar en paz durante unas 6 horas más.
¿Triste? REAL. Así funciona esto. Cuanto menos tiempo tardes en poner a punto tu cuerpo para soportar horas de letargo físico mejor que mejor.
¿Y ahora qué me pasa? ¡Me cuesta respirar! ¿¡Qué me ocurre!?... ¡Ah! Tengo sed... rápido, un vaso de agua, y a seguir con el estrujamiento mental.
4 comentarios
Tata -
Pasa, pasa... tu como en tú casa.
Idoru -
Tata -
R -