Blogia
Tata

Una historia en carnaval

Una historia en carnaval

Os voy a explicar una bella historia que corre por la ciudad...

Un día cualquiera:

En Barcelona una chica quería ser Cleopatra. Y por una noche se convirtió en ella. Junto a sus más fieles amigas bailó y bailó, bebió y bebió... y conoció a un hombre vestido de mujer. Los flirteos fueron constantes y una pequeña chispa avisaba de su brillo a lo lejos. Intercambiaron sus teléfonos y siguieron bailando. Después de una intensa noche de disfraces y cambios de personalidad egipcianos, Clepatra volvió a su pirámide. Durante el viaje de vuelta una lucecita azul se encendió en su movil: era él, y quería volver a verla. Así que la reina de todos los reinos decidió darse la oportunidad de disfrutar de una primavera que amenazaba con una gran revolución hormonal.

Otro día cualquiera:
Cleopatra esperaba en una plaza en ese momento en el que las agujas de cualquier reloj marcan las 8 de la tarde. Confusa pensó que no reconocería a ese medio hombre-medio mujer... pero no corrieron ni dos minutos las manecillas del reloj, que ya llegaba aquel caballero. Su sonrisa lo contagiaba todo.

Tomaron dos mojitos cada uno e intercambiaron palabras, historias, cuentos, sentimientos, miedos, chistes, guiños, risas, chistes verdes... De pronto, sin que ninguno de los dos se diese cuenta, estaban sentados ante un plato de pasta y una tímida vela. Siguieron hablando de viajes, de libros, de momentos graciosos, de pifias, de lugares comunes... Y otra vez, como si de un ascensor se tratase, se abrió la antigua y raída puerta de un bar: dos Martinis, y más detalles, más curiosidades, más risas y más chistes.
Un pequeño paseo por la recién mojada Rambla les condujo a otra Plaza, ¿el destino? No importaba. Entre el frío y los flyers de un amable argentino decidieron visitar un club.
Dos codos sobre las barra y más conversaciones a las 2 de la noche, más risas, más chistes... más carícias... ahí estaban esas dos personas que en una noche de carnaval escondieron su más sincera personalidad para convertirse en Cleopatra y en una animadora... ahora nada escondían, nada tapaban... ahora sólo eran una chica delante de un chico sincerándose el uno con el otro.

 

Bonita historia ¿verdad?

3 comentarios

R -

Es primavera, deja que se te vaya la cabeza.

Siempre quedará la excusa de que la sangre altera, pero seguro que no tienes que legar a utilizarla. Es una historia demasiado bonita.

Tata -

Hay R... ¡qué razón tienes!
¿Hago mal en que se me vaya tanto la cabeza? Sí y no...
Un besito

R -

Espero que sea esa bonita historia lo que te impide volver aquí.

Bonita de verdad.